No hay nada como una comida familiar para descubrir nuevos vinos y nuevas regiones vitivinícolas.
Aquí os traigo un par de vinos interesantes pero el que me sedujo fue el Anjou Villages quizás porque fue el primero que sirvieron (después del blanco y del champagne) y encontré al conocido Morgon demasiado dulzón pero muy bien compuesto. Para rematar un poco de eau de vie (aguardiente, orujo) y armagnac. Qué más se puede pedir...tal y como dijo una tía de mi mujer os dejo una muestra de los "cadáveres" de la comida y faltan unos cuantos.






